martes, 5 de enero de 2010

Desde el rincón de mi cuarto

Aquel día estaba lluvioso y no sabía si ir por ti, algo me decía que no todo estaba bien, que esta suerte de tener un sentimiento sincero hacia ti me ayudaría a descubrir que algo malo estaba por suceder… y así fue.

Corriste al verme y yo feliz estire mis brazos, pero no miraste para tu lado y ese auto apareció de la nada, te grite, no escuchaste y ese día mi luz se apagó y el dolor se apoderó de mi corazón…

Llegaron muchas ambulancia no eras el único, el auto fantasma también arrollo a otras tres personas que caminaban por la vereda del frente, pero el más grave fuiste tú, me fui a la clínica a tu lado, tomando tu mano y te hable, te dije cuanto te amaba y sé que me escuchaste… entraste a pabellón y pasaban las horas y horas y nadie salía a dar una respuesta, llegaron tus padres, me abrazaron y lloraron en mi hombro y yo con ellos…en ese instante después de varias horas aparece el médico que te estaba operando y dice que no resististe…

Ahí el mundo se vino abajo para mí…

Le dije que no podía ser, que tu tenías que vivir, que yo te amaba, pero algo me dieron un calmante creo, todo se apagó y desperté como a las dos horas después…

Te fuiste, ya no estabas, no podía tocar tu rostro, no podía sentir tu calor…

Pero en mi mente se quedo, aquel recuerdo… el que un día me hiciste sentir

Una mujer plena y feliz.

0 comentarios: